Mi corazón ya no me quiere

No, no es que ya no me quiera, sino que se fue un día. Fue una tarde de invierno en febrero, la vida quedó en pausa, el frío colaba hasta el alma; sentí un suspiro ajeno, tan fuerte que quedé sorda por 5 segundos contados con la ayuda de un famoso tic-tac. En ese instante sentí que algo me faltaba, algo se ausentaba, ya no respiraba de la misma manera, percibí como que si un pedazo de mi memoria se extirpó de la nada...y fue lo que exactamente sucedió. Me sentí perdida, que mi mascota ya no me pedía cariños como todas las veces que lo hacía cuando la miraba (que por cierto había sacado a pasear a mi can). Creí que esto de tantos problemas seguidos me tenía desconcentrada, asi que pensé que un café me volvería a la realidad en un tiempo. Pero la causa finalmente fue otra : el frío de ese día se lo había robado, estaba celoso porque mi razón era ir a buscar abrigo y calor en los brazos de alguien ese día tan arrebatador. Me lo robó, hurtó mi corazón. Ahora intento encontrare con el ladrón, pero en febrero ya no es el mismo, no tiene el mismo clima. Ya no tengo posibilidades, ya no siento, ya no percibo, ya no soy.