Hoy fue mi segunda consulta de la terapia de Flores de Bach. Me quedé con la impresión de que la terapeuta sería como la que me tocó la otra vez, medianamente simpática (...) la impresión que tenía de la antigüa terapeuta es la misma, y lo malo que es como peor. Tenía un leve parecido a la Lucía Pinochet asi que la descarté altiro, y mientras me hablaba como santa pensé entré mí "esta señora tiene una pinta de facha"; lo malo es que te habla como santa, pero con cara de : "habla cabra güebona", que es horrible. Y lo otro que me sucedió con esta señora es que me dijo "yo quiero ser tu amiga y que me cuentes todo", obvio, con su misma cara de Gato con Botas estilo Lucía, atrós; yo ni siquiera le cuento las cosas que siento a mi madre y esta señora piensa que le voy a relatar mi vida diaria con todas mis emociones?, já.
La verdád es que no soy muy abierta de andar contando mis sentimientos, ni siquiera yo sé lo que vivo porque soy una indecisa total con síntomas de atontamiento fatídico, que es lo peor. Lo malo, es que entre tanto tratar de sacarme información, la terapeuta con rasgos de Lucía me hizo sentir mal, nuevamente como lo hacen todas las personas, y pensé-reiteradamente- que era una mierda asquerosa que no merece lo que tiene y lo que vive, porque no sabe atesorarlo, como debe. Resulta que esta pitufa güeboncita vive una de sus experiencias que de seguro jamás olvidará-onda como la primera vez que comiste el helado que marcó tu existencia (en mí, el Piña Frú, aunque no lo recuerdo)- pero no sabe cuidarlas, no sabe (como dijo la Gina) cuidar su arte, porqué sí tengo los materiales a emplear, alomejor los sé ocupar, pero no me atrevo, cobardemente no me atrevo.
Que sí, que no, talvez, quizás, en una de esas... soy una mujer compleja, para mis adentros. Alomejor soy super fácil de describir, alomejor no, quién sabe; no creo que si le preguntara a una persona me lo expresaría, no, no lo creo.
PD : y si tú lees esto, perdoname por ser como soy, de verdád...
