Confesionario para el circo.

Verdád que ahora son las 0:13 en mi reloj, claramente estamos a sábado, pero yo aún siento que es viernes. Esto es como lo que me pasó con ese gran hijo de puta del que me enamoré hace como dos años, y que nunca más le dirigí una palabra porque lo odiaba, quería que se muriera y que lo aplastaran como a un gusano senil y putrefacto; pero a la vez desaba estar a su lado, y que sinfonías de amor en estilos de blues o jazz inundaran mi mente, corazón y alma. Lo amaba y lo odiaba a la vez, no era "del amor al odio, hay un sólo paso", yo estaba en el límite y jugaba a poner la patita en los dos extremos, era heavy: lloraba, rabiaba y le escribia cartas que nunca le iban a llegar...sacando las cuentas era hueona. Ahora lo que deseo con más fervor, ese que te hace hervir la sangre en las venas (como cuando se inyectan heroina) es sacarme ese beso estúpido que me quedo estampado como tatuaje en los labios, sí, a él fue el ultimo que le dediqué un beso-beso; y lo lamento tanto que desearía volver el tiempo atrás, habermelo comido igual, y despues a otro; así el recuerdo latente que tuve durante el 2007 no hubiese sido como fué. Con el tiempo conocí a una persona de (buen corazón), y que le quize entregar el mio, pero no pude... las razones no las voy a decir, por que la encuentro super mala onda con olor a leche purita cortá. Por que dije eso?, porque siento que el primer mandril que nombré: tiene la culpa.


Ahora son las 0:42, y aún siento que es viernes; pero a él ya no lo quiero.